impacto económico del evento más allá de la imagen de marca

El reto de Alicante y Volvo: enraizar el evento y ligar a los sectores productivos en un clúster deportivo 

20/10/2017 - 

ALICANTE. La relación simbiótica que se comenzó a fraguar entre Alicante y la Volvo Ocean Race (VOR) a partir de 2008, cuando se celebró la primera etapa de salida de la competición desde el Puerto de la ciudad, debe consolidarse en el futuro para multiplicar los réditos recíprocos. Y no sólo en cuestiones mensurables, como el retorno económico directo, o en beneficios intangibles y de un valor casi incalculable, como la proyección mundial de la imagen de marca de Alicante. También desde el punto de vista de la colaboración público-privada para implicar a los sectores productivos de la Comunitat en la conformación de un clúster enfocado en la industria del deporte. Ese es el mayor reto y el objetivo deseable convenido por representantes del Consell, de la organización de la regata y por consultores económicos, reunidos este jueves en el panel de expertos organizado en el Race Village en torno al "Impacto Socioeconómico de la Volvo Ocean Race en la provincia de Alicante".

La mesa redonda, moderada por el presidente del Instituto de Estudios Económicos de la Provincia de Alicante (Ineca), Perfecto Palacio, contó con la participación de la secretaria autonómica de Economía Sostenible, Sectores Productivos y Comercio, Blanca Marín; el director general de Volvo Ocean Race, Antonio Bolaños; el presidente del Colegio de Economistas de Alicante, Francisco Menargues; el director adjunto del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), Joaquín Maudos; y con el socio responsable de la oficina de Alicante de la auditora PwC, Eduardo Chapa.

Todos coincidieron en la repercusión económica directa más inmediata que genera la competición sobre el PIB de la provincia: un impacto de 150 millones en las tres ediciones inauguradas hasta ahora desde Alicante (2008, 2011 y 2014), que se eleva hasta 201 si se considera el ámbito nacional, además de la generación de 4.833 empleos en el conjunto de la Comunitat y de 5.083 en toda España, según concretó Chapa, como representante de la empresa auditora de las dos últimas ediciones.

Los sectores más beneficiados por esa actividad económica son los citados, precisamente, en esos estudios elaborados al término de cada competición: los servicios profesionales (11 millones), la restauración (9), el alojamiento (15) y el comercio (6). Además, como destacó el propio Chapa, el retorno cuantificado para el conjunto de las tres ediciones es de 8,67 euros por cada euro de inversión pública en el evento.     

Todos compartieron también que la llamada vuelta al mundo a vela conlleva un impacto adicional mucho mayor a medio y largo plazo en términos de imagen reputacional y de reconocimiento internacional. Ya no se trata sólo de que desde 2008 se hayan registrado un millón de visitantes al Race Village (en la presente edición, sólo hasta el miércoles ya se superaban los 215.000 visitas, lo que confirma que se superarán las 310.000 registradas en 2014) y de que el 25% de ellas correspondan a visitantes extranjeros. Se trata de valorar el índice de satisfacción generado, ya que, según las encuestas elaboradas entre los asistentes, el 90% de ellos asegura que volvería. Es más, Menargues detalló que el 93,8% de los visitantes de la ciudad de Alicante, el 95,8% de los de la Comunitat y el 100% de los extranjeros consideraron que acoger la Volvo había sido un acierto y que las valoraciones medias en la edición de 2014 fue de entre 8,2 y 8,7 sobre diez. 

Y se trata también de evaluar la proyección internacional que supone que el nombre y la imagen de Alicante esté circulando continuamente a escala global a lo largo de los nueve meses en los que transcurre la competición a través de medios de comunicación y redes sociales. "El visitante que acude al Race Village, tiene actividad, aquí ocurren cosas, y vive sus experiencias y sus sensaciones en la ciudad, se hace fotos y las comparte", insistió Bolaños. "Eso genera un impacto incalculable en términos de imagen", recalcó. Máxime, gracias a los nuevos avances tecnológicos y a la política de comunicación instaurada por la organización de la prueba, que permite que el aficionado presencie lo que está pasando en la competición a tiempo real y que interactúe. Todo, como resaltó Bolaños, asociado a las emociones y los valores que genera el evento deportivo en sí mismo.

De ahí que Marín justificase el esfuerzo económico del Consell por mantener la competición en Alicante durante dos próximas ediciones (2020 y 2023) pese a las dificultades de infrafinanciación por las que atraviesa la Generalitat. "Se apostó por un evento que proyecta una imagen positiva de Alicante y de la Comunitat, de levantar la losa reputacional que incluso nos generaba problemas con entidades financieras y también a nivel de la Unión Europea, a la hora de obtener fondos europeos", detalló. E insistió en que por ello se abogó por continuar con el evento pero desde "una buena gestión, basada en la honradez y en la transparencia en beneficio del bien común" que permitiese generar confianza

Ahora bien, tanto Marín como Maudos (IVIE) destacaron que esa apuesta siempre debe ser compatible con que se acredite un retorno económico como el que se ha encomendado calcular por primera vez al instituto para reforzar los estudios encomendados por VOR. Un cálculo en el que, insistieron, se tendrá en cuenta los impactos indirectos, inducidos en otros sectores productivos. De hecho, Marín abundó en que la prioridad en el futuro debería ser enraizar y garantizar la continuidad del evento en Alicante para seguir explotándolo en términos de imagen reputacional y para implicar a los sectores productivos del propio territorio al margen del turismo. Citó ejemplos: "El sector textil o el calzado pueden aprovechar el evento para especializarse en materiales asociados a la náutica desde la innovación hasta llegar a formar un clúster vinculado a la industria del deporte, en el que deberían contar con la colaboración de los institutos tecnológicos de la Comunitat".

En esa línea, insistió, como también lo hizo Menargues, se debería contar con la colaboración del sector privado para consolidar el evento y arrastrar al resto de sectores dispuestos a explotarlo. Bolaños detalló que ya se percibía esa mayor implicación a la hora de aprovechar la competición como parte de una estrategia turística y de promoción. Y, por último, también hizo especial hincapié en otros retornos en forma de beneficios sociales como la difusión de los valores de la solidaridad, la sostenibilidad o la igualdad en los que se ha puesto el foco en esta edición.

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