Los españoles, tan alegres y divertidos y también tan desagradecidos. La visita de Juan Carlos I, pese a su carácter privado ha sido motivo de una (creo yo) excesiva exposición mediática y los detractores de la monarquía y de España no han desaprovechado la ocasión.
¿Quedará algo en pie cuando echemos a Atila Sánchez? A lomos de su caballo Isidoro, el presidente galopa por todo el país destruyendo lo que encuentra a su paso. Pero el animal, exhausto de tanta correría, es inocente. Hay que crear un fondo para rescatarlo del jinete pálido
Tenía que llegar y ha llegado, pero la puesta en escena es al menos confusa. El rey Juan Carlos se resiste a que le manden, pero no debe perder la perspectiva de que su hijo es el Jefe del Estado y bastante tiene con mantener la institución. Otros, en este caso el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, colma de loas y parabienes a un dictador como el emir de Qatar, pero es que el gas, es el gas.
Después de mucho resistirme, he dado mi brazo a torcer. Veo series, como casi todo el mundo. Debo decir que tengo buen gusto al elegirlas. Soy fan de ‘Downton Abbey’. La historia de los Crawley me tiene atrapado. ¡Lo que hubiese dado por trabajar para unos condes ingleses!