desde la bancada / OPINIÓN

Pavón: la protección de monumentos a la carta

Desde Cs tenemos mucha prudencia y respeto con el pasado; queremos hacer cumplir la ley de memoria histórica pero entendemos que uno no puede mirar continuamente al pasado de forma enfermiza, obsesiva... melancólica

23/07/2017 - 

En Alicante estamos acostumbrados a que el buró político tienda a generar debates estériles y que no figuran en las prioridades de la mayoría social. Este mes ha sido Guanyar (nada nuevo) quien ha vuelto a abrir el melón con la idea de proceder a la desprotección de dos monumentos alicantinos de la época de la dictadura (la Cruz de Calvo Sotelo, y la Cruz que hay en Aguamarga dedicada a los “caídos” de la Vega Baja), poniendo hasta en jaque a sus socios de gobierno, PSOE y Compromís. No les habrá sentado nada bien la propuesta de Guanyar, pues supone otro frente abierto y otro tema por el cual vuelven a mostrar en público sus diferencias en un momento poco oportuno.

Una vez más vemos cómo se juega con la ley de la memoria histórica y como se exceden en su aplicación, queriendo borrar del mapa el pasado y todo lo que no represente lo que ellos pregonan. Así como a su vez juegan con el catálogo de protecciones, un catálogo que sobreprotege más de la cuenta, hasta el punto de poner en riesgo futuras inversiones por la restricción de suelo empresarial e industrial, pero que curiosamente no protege lo que para ellos es un estorbo, motivado por su esquizofrenia ideológica, haciendo una especie de protección a la carta. Haciendo caso omiso a los técnicos que se han pronunciado,  afirmando que ambas cruces deben figurar en el catálogo de protecciones por su valor estético y arquitectónico: esta es la clave de todo el asunto.

Al señor Pavón eso le da igual. Los informes técnicos, quiero decir. El sectarismo, por encima de cualquier otra consideración. Como también le da igual que el alcalde José Luis Lassaletta pusiera una placa reconcialiatoria en la Cruz de los Caídos de Calvo Sotelo, a finales de los ochenta, redefiniendo el sentido del monumento para todas la víctimas de la Guerra Civil. A Izquierda Unida/Guanyar esa memoria reciente no le interesa: ya se sabe, la memoria es como el chicle, se estira al gusto del consumidor.

Desde Ciudadanos tenemos mucha prudencia, sinónimo de respeto, con el pasado y queremos hacer cumplir la ley de memoria histórica (con el mayor consenso y delicadeza posible) pero entendemos que uno no puede mirar continuamente al pasado de forma enfermiza, obsesiva, buscando enemigos por todas partes, porque si no, te pasa lo que le ha pasado a este equipo de gobierno, que mucho pregonar y sacar pecho de que iban a aplicar la ley de memoria histórica, pero debido a su inoperancia y a esa sed revanchista, les hace no avanzar y no llevarla adelante. Y es que las marcas blancas de Podemos, o de Izquierda Unida, son como los malos curanderos que intentando curar solo abren heridas y de forma poco aséptica.

Pero esto no es algo que deba sorprendernos, pues su desprecio a la Transición y a la Constitución vigente no es algo nuevo y así lo expresan de forma reiterada públicamente, afirmando que la Constitución es un candado (bendito “candado”, gracias a ese “candado” disponen de 71 escaños con voz y voto en el Congreso) y menospreciando los pactos y los consensos constitucionales: gracias a ellos todos cedimos para ganar, gracias a ellos dejamos de darnos la espalda para darnos la mano.

Uno se pregunta qué necesidad había por parte de Izquierda Unida/Guanyar de abrir este melón , parece un mensaje más para contentar a los suyos que otra cosa. Parece que están mirando más al electorado que al ayuntamiento y es que se acerca poco a poco el día del “juicio final”... como diría Pablo Iglesias ya se ha puesto el contador, y ya hace tic tac a medida que se acerque el final de la legislatura; veremos cómo este tripartito se va separado cada vez más (aunque parezca complicado) y cada vez se dirigirán más a los suyos. La memoria, un bucle meláncolico, señor Pavón.

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