Foto: Hércules CFALICANTE. Franck Omgba daba este miércoles una lección de humildad y espiritualidad en las instalaciones de Fontcalent.
El mediocentro que regresaba a la titularidad el pasado domingo en Sagunto, protagonizando la acción de mayor peligro de su equipo, reconocía que no había sido fácil para él ver que no disfrutaba de minutos pero que ante lo anterior su postura había sido la de "seguir trabajando" esperando que llegase su oportunidad.
"No porque uno venga de Segunda A iba a jugar (...) hay que demostrarlo en cada entrenamiento" señalaba el camerunés que insistía también en el trabajo como forma de agradecer a Dios "la oportunidad que tengo de estar en Europa".
Para Omgba el embarazo de su mujer y diferentes problemas físicos le lastraron durante la pretemporada, impidiéndole tener continuidad, algo que tuvo un efecto negativo sobre su estado de forma; cuestión que abordó con el técnico en una conversación que el jugador defendía este miércoles que no fue tan intensa como se presentó en su día.
El mediocentro que dice no tener preferencias sobre quién ha de ser su pareja en el doble pivote (no cree que sea incompatible con Checa, al tiempo que tenía palabras de elogio para el canterano Álex Pérez), niega que sea "un jugador de músculo", de hecho se define como un "box to box"y recuerda como en el Real Oviedo llegó a anotar siete tantos la temporada 2014/15. Ahora bien, sí reconoce que hay circunstancias en los partidos que le obligan a adoptar el papel de mediocentro defensivo y pone como ejemplo el del Nou Morvedre: "si vamos al ataque nos meten tres".
