la muestra estará abierta hasta enero de 2019

El Marq presenta 'Rupestre', la religión y el arte de los primeros hombres

6/07/2018 - 

ALICANTE. El Museo Arqueológico de Alicante ofrece en su nueva gran exposición un viaje hacia los orígenes de la religión en la humanidad con Rupestre. Los primeros santuarios. "Muchas de las paredes rocosas donde están las figuras son espacios de exteriorización religiosa, es decir santuarios, lugares de concurrencia con rituales propiciatorios —explica su director, Manuel Olcina— y creo que todavía podemos sentir mínimas pulsiones de esas sensaciones por lo que es conmovedor".

La muestra que se ha inaugurado este jueves estará abierta hasta enero. En ella han participado diecinueve museos que han aportado unas 250 piezas para ofrecer un recorrido sobre el pensamiento de los primeros hombres. Como resume Olcina lo han planteado como un trabajo sobre "las primeras representaciones gráficas de los humanos". 

En ella, recalca, las apariciones de animales, símbolos astrales o humanos, "no es puramente estética". Según comenta, "los hombres de la prehistoria las pintaban como criaturas necesarias para su supervivencia, o con las aspiraciones divinas". El marco temporal que han establecido para el recorrido abarca desde el paleolítico hasta el neolítico.

La cueva en el museo

Uno de los tres comisarios de la muestra Rupestre, Rafael Pérez, recuerda el primer problema al que se enfrentaron. Cuando pensaron en dedicarse a las creaciones que dejaron en las paredes, ¿cómo ofrecerlo en un museo si no se pueden traer? "En un primer momento piensas en reproducir en cartón piedra las pinturas y replicarlo pero nos parecía obvio y simple", señala. 

El momento ¡Eureka!, como Pérez describe, lo tuvieron gracias a la colaboración con el Centre d'Estudis Contestans. Ellos tenían los calcos que se hicieron en la época para estudiar las pinturas. Aquel método humilde de difusión lo han convertido en el elemento de tránsito entre las salas. Y añade que "han estado en contacto con la pintura original para poder ser objeto de estudio por lo que los consideramos un material histórico".

Con ese punto de partida resuelto, decidieron "apostar por intentar conseguir con la arquitectura expositiva unas escenas que recordaran al visitante esos lugares pero no de una manera expresa y realista". Si con la exposición de los mayas recrearon la sensación de entrar en un templo maya a través de sus grandes instalaciones, en esta el efecto está igual de conseguido. De esta manera cumplen con su objetivo, "los santuarios han de estar donde deben y la gente debe animarse a visitarlos". 

El recorrido por salas

En la primera sala estará el paleolítico "con una cueva facetada muy abstracta", prosigue Pérez. En esta se sigue la planta de un sector y la utilizan de "homenaje a uno de los primeros santuarios del arte rupestre". En ese aspecto tercia Jorge Soler, director de exposiciones del centro y que también es comisario en este caso. "Desde el punto de vista científico, que se dedique a Altamira es una reivindicación del arte científico español —recalca sobre su importancia— que nos dio una nueva imagen de lo que era la prehistoria y el arte rupestre".

Tanto en la segunda como tercera salas el periodo neolítico es el protagonista. En una lo es con el arte esquemático, como indica Pérez, "el más antiguo y el singular que tenemos en nuestra provincia". La tercera comisaria de la muestra, la profesora de la Universidad de Alicante Virginia Barciela, destaca la importancia de este tipo de pinturas, "exclusivo de nuestra tierra".

Barciela recuerda la intensa evolución vivida en el conocimiento del arte prehistórico. Si en 1922 solo se conocía un espacio con restos de esta clase, "a finales de los 80 se conocían 121 por los esfuerzos del Centre d'Estudis Contestans y por gente como Mauro Hernández de la UA que fueron el germen para seguir los pasos en las montañas hasta alcanzar los más de 200 sitios con arte rupestre".

Jorge Soler y el diputado César Asencio en los paneles explicativos.

El círculo del arte

En la tercera sala si bien la faceta religiosa es destacada claramente en la exposición, por eso razonan que el título es solo Rupestre y no Arte Rupestre, como se plantearon inicialmente, no se obvia la importancia artística de estos. Por ello contaron con la colaboración de Rosa Castells, responsable del MACA. "La idea de expresar mensajes siempre ha sido poderosa en la humanidad, es una reflexión sobre el arte actual", señala Pérez. 

Tras las conversaciones con Rosa Castells, consiguieron la cesión de una pieza del pintor Miquel Barceló que formaba parte de la Colección Caja Mediterráneo. En Il pittore a Bologna el mallorquín referencia su interés por el arte rupestre, una reflexión que se amplía en un audiovisual. Como señala Castells, los pintores a mediados de los años cincuenta descubren el arte rupestre y quedan fascinados por él, convirtiendo el viaje del arte en un círculo que vuelve a sus inicios. 

Y en el aspecto multimedia el equipo del Marq incorpora al compositor Luis Ivars. Suya es la ambientación sonora que acompaña al visitante en la tercera galería. Pérez destaca que las piezas de las que tratan ya no están en el fondo de las cuevas, sino en su exterior. "Estos abrigos tienen una característica común, son como conchas, como cuencos, y eso le da características acústicas excepcionales". Por esa razón quisieron jugar con la acústica, pensando en la focalización extraordinaria de las mismas.

Josep Albert Cortés, director técnico del Marq, concluye el recorrido subrayando el carácter emocional que ha tenido este trabajo. Tras su presentación en Madrid la semana pasada, destaca que "la gente se sorprende de la fuerza del interior de Alicante". En ese encuentro con prensa y compañeros de todo el país, Cortés señala que se sentían "orgullosos de presentar algo nuestro; era una exposición muy nuestra porque era un homenaje a nuestros primeros antepasados, a su primera manifestación de arte".

Vista de la segunda sala.

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