El Hércules firma un 2017 decepcionante

23/12/2017 - 

ALICANTE (EFE). El Hércules CF ha cerrado el año 2017 con un mal sabor de boca, al ser uno de los más decepcionantes de su historia reciente, pues el club se encuentra deportivamente en una de sus peores etapas.

El conjunto alicantino no ha estado cerca de sus objetivos, ya que por vez primera desde su regresó a Segunda B hace tres temporadas no se clasificó para la fase de ascenso tras firmar una segunda vuelta muy pobre la pasada campaña.

Tampoco mejoraron las cosas en la presente temporada, en la que el Hércules, a pesar de la renovación de su plantilla y cuerpo técnico, llega a final de año y de la primera vuelta, por vez primera en Segunda B, fuera de la zona de promoción, de la que le separan dos puntos.

Durante 2017 cuatro entrenadores pasaron por el banquillo del club y dos directores deportivos por los despachos sin que se haya logrado corregir la deriva del equipo, que solo ha mostrado un ligero repunte desde la llegada del técnico Claudio Barragán hace tres meses.

La irregularidad, la falta de gol y las numerosas lesiones sufridas por la plantilla que ha sufrido la plantilla han sido algunas de las causas que han impedido al conjunto herculano durante los últimos doce meses justificar su condición de favorito.

Ni siquiera ha dado buena imagen en el Rico Pérez, donde solo ha sido capaz de ganar la mitad de los partidos que ha disputado.

El Hércules inició el año con una victoria ante el Gavá (2-1) que le consolidaba en la zona de promoción, pero desde entonces, y con Luis García Tevenet en su banquillo, el equipo perdió fuerza y acabó por desplomarse.

El técnico del filial, Calos Luque, con el equipo fuera de la promoción, tomó las riendas del grupo, pero no pudo reconducir la situación a pesar de que las plazas para la promoción fueron accesibles, ya que no se necesitaba una gran puntuación para clasificarse.

El conjunto herculano, que mantuvo sus opciones hasta dos jornadas del final, tuvo que conformarse con la clasificación para la Copa, lo que no maquilló un fracaso histórico que le costó el cargo a Dani Barroso, director deportivo.

Javier Portillo tomó el relevo y contrató a Gustavo Siviero como técnico, si bien la confección de la plantilla estuvo condicionada por la parálisis para poder fichar o dar bajas, ya que el presidente, Juan Carlos Ramírez, no quiso realizar ningún movimiento hasta aclarar la situación financiera de la entidad con Hacienda.

La nueva temporada comenzó mal, ya que el equipo sumó dos empates en las primeras dos jornadas. La primera derrota llegó en la jornada cuarta en Cornellá.

La fragilidad defensiva, su debilidad como visitante y la falta de gol provocaron la destitución de Siviero, cuando la lucha por el liderato, primer objetivo, quedó descartada al mes de competición.

Tampoco alivió la situación la Copa del Rey, donde el Hércules superó con apuros al Lorca para caer ante el Elche (0-1), pese a contar con el factor campo a favor, en el partido que concedía la opción de disputar una eliminatoria ante un grande.

El Hércules apostó por Claudio Barragán, un icono del Elche, eterno rival deportivo, para reconducir la situación, lo que se tradujo en una reacción en la tabla tras cinco partidos consecutivos sin perder.

Tras lograr varias victorias agónicas, el Hércules se instaló en promoción, aunque perdió ante el Saguntino (1-2) la opción de asaltar la segunda plaza.

Los males del inicio del año, como la fragilidad defensiva o la falta de gol se han repetido pese al cambio de entrenador y de estilo. Aunque el hándicap más importante del Hércules está en la enfermería.

Las lesiones han condicionado el tramo final del año. Únicamente siete jugadores de la plantilla no se han perdido algún partido de Liga por algún problema físico.

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