novedosa técnica capaz de duplicar la supervivencia de los afectados

El abordaje quirúrgico y la prevención, claves en la lucha contra el cáncer de colon

13/04/2018 - 

ALICANTE. El cáncer colorrectal es el tumor maligno más frecuente en España y el segundo de mayor mortalidad, tanto en hombres como en mujeres. En España se diagnostican 32.000 nuevos casos al año y por esta causa fallecen más de 14.000 personas anualmente. A pesar de su incidencia y mortalidad, es uno de los más abordables y, diagnosticado a tiempo, es curable en más del 90% de los casos.

Se recomienda iniciar su prevención a partir de los 50 años de edad, “aunque en los pacientes considerados de alto riesgo por antecedentes familiares o personales que aumenten el riesgo o sospecha se aconseja iniciar la prevención antes”, advierte el doctor José Farré Alegre, jefe de Cirugía General  y Aparato Digestivo  y especialista de Cirugía oncológica  de Hospital Quirónsalud Torrevieja, “ para su prevención se pueden efectuar diferentes tipos de exploraciones, siendo el test de sangre oculta en heces el más utilizado. “Un resultado positivo en este test deberá continuarse con una colonoscopia de confirmación diagnóstica”, aconseja el especialista, “y si el test es negativo, se recomienda repetirlo a los dos años”.

El test que ayuda a salvar vidas

El doctor José Farré Alegre,  indica que, en cuanto a su detección precoz, existe consenso sobre que todas aquellas personas sin factores de riesgo  que deberían realizarse un estudio a partir de los 50 años de edad. Hay varios tipos de pruebas: una colonoscopia cada 10 años, una colonografía por TAC cada cinco años, una sigmoidoscopia cada cinco años o un test de sangre oculto en las heces cada año que ha demostrados ser tan eficaz como otras pruebas diagnósticas.

En cambio, aquellas personas con un riesgo aumentado deben entrar en un programa de estudio a menor edad y de un modo más frecuente. Las personas que tienen un familiar de primer grado menor de 60 años con cáncer de colon o dos familiares de primer grado a cualquier edad, deberían realizarse una colonoscopia a partir de los 40 años o 10 años antes del diagnóstico del familiar; y a partir de ese momento, cada cinco años. 

Aquellos cuyo familiar de primer grado es diagnosticado más allá de los 60 años, o tiene dos o más familiares de segundo grado afectos, deberían hacerse un estudio  de con colonoscopia a partir de los 50 años. Por contra, quienes tengan un familiar de segundo o tercer grado afecto de cáncer de colon pasarían a los estudios habituales de la población normal.

Abordaje mínimamente invasivo

En la actualidad, la técnica quirúrgica de elección para el cáncer de colon es la colectomía por vía laparoscópica ya que sus resultados han demostrado ser oncológicamente similares a la cirugía abierta pero aportando todas las ventajas de un abordaje mínimamente invasivo como sería un número menor de transfusiones, infecciones y hernias, estancias hospitalarias más cortas y mejores resultados estéticos. “La resección por vía laparoscópica se realiza igual que la cirugía convencional, pero en lugar de una incisión que ocupa todo el abdomen, solo se emplean cuatro o cinco incisiones menores de un centímetro y una pequeña incisión menor de cuatro centímetros para extraer el tumor” ”, explica el doctor Pedro Bretcha, presidente de la Sociedad Española de Oncología Quirúrgica (SEOQ) y especialista en oncología quirúrgica en el Hospital Quirónsalud Torrevieja

Gracias a esta técnica la calidad de vida de los pacientes operados por neoplasia de colon ha alcanzado cuotas muy altas, pudiendo llevar una vida casi normal, muy similar a la que llevaban antes de la operación. “Salvo los pacientes en los que se les extirpa todo el colon o el recto, el ritmo intestinal se recupera casi completamente. Además, los pacientes que van a requerir una bolsa de colostomía van a ser menos del 20%”, revela el especialista.

Sugarbaker, la técnica que duplica la supervivencia 

La técnica desarrollada por el doctor Paul H. Sugarbaker en 1982 contempla la extirpación de todo el  tumor visible  y, posteriormente, la perfusión de HIPEC (a 43o C) en la cavidad abdominal para eliminar las células malignas no visibles, ya que el calor potencia el efecto de la quimioterapia. Con esta técnica se logran unos resultados de supervivencia no registrados con ninguno de los tratamientos establecidos, alcanzando en cáncer de colon una tasa del 50% a 5 años. 

El tratamiento con HIPEC permite combinar una alta intensidad de dosis de quimioterápicos, focalizada en la zona afectada, con una menor toxicidad sistémica por la limitación en el paso del fármaco desde la cavidad peritoneal al torrente sistémico por las características de la membrana peritoneal y del propio fármaco. Su uso requiere de centros de alta capacitación, con equipos multidisciplinares y una alta especialización en cirugía oncológica, al tratarse de una técnica muy compleja.

El equipo de cirugía oncológica del Hospital Quirónsalud Torrevieja, de la mano de los doctores Farré y Bretcha,  fue uno de los primeros en el año 2001 en introducir en España la técnica para el tratamiento de la carcinomatosis peritoneal. Desde entonces, han efectuado centenares de procedimientos en pacientes afectos de esta condición y con diversos orígenes tumorales. 

Factores de riesgo

Según el doctor Pedro Bretcha, se puede incidir en reducir al máximo o eliminar los factores de riesgo, sobre todo los concernientes a la alimentación, al alcohol, al tabaco y al ejercicio físico o al estilo de vida.

  • Alimentación: las dietas ricas en grasas animales (carnes rojas) y pobres en fibra pueden aumentar el riesgo de cáncer colorrectal.
  • Inactividad física: una vida sedentaria favorece el riesgo de aparición de esta enfermedad.
  • Consumo de tabaco: incrementa el riesgo de padecer pólipos, que suelen ser los precursores de este tumor.
  • Consumo de alcohol: parece que el bebidas alcohólicas favorece el crecimiento de las células de la mucosa del colon, dando lugar a la manifestación de pólipos.

La gran mayoría de los cánceres de colon son esporádicos, siendo los hereditarios la minoría. Las personas con un familiar de primer grado con cáncer tienen un riesgo más alto de padecerlo, al igual que haber tenido un cáncer previamente o determinado tipo de pólipos antes de los 60 años. También está constatado que el peligro aumenta con la edad: el 90 % se diagnostican a partir de los 50 años y, a medida que se envejece, se incrementa.

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