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entrevista al director de inversiones de tressis

Daniel Lacalle: "Valencia es un 'infierno fiscal' y debería bajar los impuestos como Madrid"

10/02/2017 - 

VALENCIA. Daniel Lacalle impartió ayer jueves una conferencia en la Cámara de Comercio de Valencia, organizada por el Instituto Valenciano para el Estudio de la Empresa Familiar (Ivefa) y Finest Portfolio Ideas, la firma de representación en Valencia de Tressis donde hace dos años y medio Lacalle fue nombrado director de Inversiones.

Este conocido economista, profesor de Economía Global y Finanzas, gestor del fondo Adriza International Opportunities y con una dilatada trayectoria profesional -curtido en la prestigiosa London School of Economics- atendió a este diario antes de la ponencia. "Oportunidades para la empresa familiar valenciana en la era Trump" fue el título elegido.

Sin pelos en la lengua, el que para muchos es el economista de cabecera de Esperanza Aguirre abordó todas las cuestiones que le planteó Valencia Plaza

-Echando mano al título de su conferencia, ¿qué oportunidades tienen ante sí las empresas familiares valencianas con el nuevo presidente americano?
-Muchas. Una de las cosas que hemos aprendido con muchas empresas familiares tras la crisis es que han sabido adaptar el modelo de negocio a entornos muy complejos. Las exportaciones de España se mantienen en niveles récord, mientras sus principales socios comerciales están en recesión y el comercio global en fase de ralentización. Debemos ver la era Trump y la del Brexit no como riesgos sino como oportunidades. No existe ningún comentario negativo hacia las empresas españolas en plena oleada de medidas proteccionistas. Hay que aprovecharlo orientando a la empresa familiar a la exportación para beneficiarse de algún tipo de actividad y así limitar competencias desleales como la china.


-Una economía tan exportadora como la valenciana, ¿cómo se puede ver afectada en la era Trump?
-En bastante poco, a menos que se cayera en el error de los años 2004/2005 buscando competir en volumen y con muy bajos precios. La lección positiva postcrisis es el hecho de que las empresas valencianas no compiten en sectores de bajo valor añadido sino de valor medio. Ahí esta esa gran oportunidad y vuelvo a insistir: no hay ningún comentario por parte de agentes de Donald Trump ni de Theresa May que diga nada negativo sobre las empresas valencianas.

-Hablando de la premier británica, el Brexit ya está pasando factura sobre las exportaciones valencianas, que se han desplomado un 25% en los cinco meses posteriores al inesperado acontecimiento, ¿es hora de buscarse otros mercados?
-Las compañías exportadoras valencianas todavía son empresas que, aunque exportan mucho, en su conjunto lo hacen poco, caso por caso, salvo excepciones. Diversificar siempre es recomendable y deben seguir exportando como lo han hecho admirablemente bien, pero nunca depender del 80% de un solo cliente, como me he encontrado recurrentemente.

-Hablando del Brexit, la CNMV acaba de lanzar un manual para atraer empresas de la ‘City’ a España. ¿Cómo va a afectar a un ya de por sí competitivo sector financiero español?
-El sector bancario español está sobredimensionado pero, por otro lado, los procesos de digitalización y la fintech ganaría con ello. La banca española tradicional sigue en proceso de reestructuración pero ello no significa que se vean penalizadas por la llegada de otros competidores. Además, hay que tener en cuenta que el Brexit va a suponer un proceso donde muchas empresas de la 'City' van a traspasar parte de sus operaciones hacia otros países y crecer allí, no necesariamente se tienen que ir del Reino Unido.


-Volviendo al tema de las empresas familiares, ¿cómo ha visto desde la distancia que Lladró, con más de medio siglo de vida, haya caído en manos de un fondo de reestructuración?
-Como tantas empresas, ha sido por el error de pensar que el fácil acceso al endeudamiento era una fortaleza. Como también el no calibrar los proyectos de expansión con capacidad de repago para cubrir las necesidades financieras. O tener unas expectativas como muchas compañías excesivamente optimistas en cuanto a crecimiento, márgenes y capacidad de pago de deuda. Sin embargo, todo el valor añadido que aportaba Lladró seguirá existiendo. Pero no hay que pensar en la expansión por la expansión porque la toma casi ilimitada de endeudamiento y la ambición sin mesura son dos grandes problemas. El nuevo comprador de Lladró ha adquirido la marca y el talento, y el talento no se pierde. La empresa familiar tiene que darse cuenta que marca, propiedad y gestión no tienen que ser lo mismo.

-¿Por qué la mayoría de las familias españolas en general y las valencianas en particular no cuentan con protocolos adecuados a la hora del relevo generacional?
-Lo primero que deberíamos entender para que una empresa familiar tenga éxito es que tiene que contar con una gestión profesional. Debe separar la gestión de la propiedad para tener éxito y longevidad porque es un elemento esencial. La empresa familiar ha cambiado mucho en los últimos años, pero se sigue pensando que un empresario que ha triunfado deja su compañía en manos de los hijos para que la mejoren y sucede todo lo contrario. Es cierto que también ocurre que la siguiente generación logra buenos resultados. Pero hay que ser conscientes que la gestión la tiene que llevar gente que sepa lo que lleva entre manos

-El armador Vicente Boluda, uno de los grandes empresarios valencianos (y españoles) manifestó hace tres meses que la reforma del impuesto de sucesiones valenciano pone en peligro la continuidad familiar; el conseller de Economía Vicent Soler dijo que se había creado una gran alarma social por cuanto se mantiene la bonificación del 95% para las empresas familiares gracias a la ley estatal. ¿Qué opina al respecto?
-El impuesto de sucesiones es un impuesto absolutamente injusto. Es el impuesto a la muerte. Un impuesto que grava cosas que ya están gravadas, recauda poquísimo y ataca directamente a la principal forma de ahorro de los españoles como es la propiedad. Ataca a las clases medias y pobres que no pueden pagar ese impuesto.


-Hablando de impuestos, ¿qué opina de que el presidente de la Comunitat Valenciana acuse a su homóloga madrileña de dumping fiscal?
-Es público y notorio que la Comunidad de Madrid no puede considerarse que haga dumping fiscal, mientras la Comunitat Valenciana es un 'infierno fiscal'. Me parece escandaloso que las comunidades autónomas que son 'infiernos fiscales' quieren que las que no lo sean acaben como ellas. Lo que tiene que hacer Valencia es adaptar su régimen fiscal a la baja como Madrid, que recauda más, es más solidaria y más eficiente tanto en servicios como en endeudamiento

-¿Apoya la homogeneización fiscal entre comunidades autónomas frente a la competencia fiscal actual?
-Es una broma que los mismos que buscan una mayor autonomía regional busquen un centralismo fiscal. Yo estoy a favor de una mayor autonomía para las regiones, pero autonomía en todos los sentidos, como la política fiscal. Sinceramente, me parece una broma viniendo de los que reciben, que exijan más federalismo e independencia y a la vez mayor centralismo fiscal. Me parece fantástico que la Comunitat Valenciana homogeneice a la baja como Madrid o el País Vasco.

-La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal española (Airef) ve insostenible la deuda de comunidades como la valenciana. ¿Sería adecuada una quita de esa deuda?
-La quita de la deuda nunca ha solucionado los problemas y ahí está el caso de Grecia. El problema no es el stock de deuda sino el déficit actual. El problema de la Comunitat Valenciana es que gasta mucho más de lo que ingresa.

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