Creed, todavía hay esperanza

Foto: Pepe Olivares
14/05/2017 - 

ELCHE. Este sábado, como más de 15.000 aficionados del Elche, salí del estadio Martínez Valero con la mirada puesta en el suelo y con los pensamientos más derrotistas. El infierno de la Segunda B se me quedaba corto. En el coche, aparcado, después de las infinitas ruedas de prensa y de las declaraciones de los jugadores franjiverdes me quedé pensante. Dubitativo. No daba crédito. Casi 30 minutos después del fatal desenlace del partido y todavía había gente que salía del estadio, una locura.

Foto: Pepe Olivares

Ese hecho me hizo pensar. Creo. Confío. Se puede. Las palabras que los jugadores pregonaron durante toda la semana pasada han quedado en agua de borrajas. No es tiempo de hablar, es tiempo de reaccionar. Que los cuatro partidos que quedan son cuatro finales eran una máxima antes y después del partido ante el Mirandés. La afición respondió y seguirá haciéndolo. Ayer, después de siete años, decidí irme a las gradas, como uno más y el sentimiento que compartí con tantos otros no va a quedar atrás. No va a perecer. La objetividad que enseñan en las escuelas de periodismo la dejo momentáneamente de lado.

Foto: Pepe Olivares

El equipo físicamente está muerto. Anímicamente también. No hay más. Pero cuando no hay piernas hay corazón, hay sangre, hay aliento. No será la primera vez ni la última en la que la grada del Martínez Valero empuja hacia una gesta histórica. Para los más jóvenes e indecisos cabe recordarles que no hace mucho se vivió un ascenso gracias a una remontada antológica en Villarreal, se consiguió una permanencia ante todo un Barcelona que apuntaba a campeón de Liga y se convirtió en un equipo de leyenda tras una segunda vuelta en la que pasaron de desahuciados a salvados a falta de varias jornadas, por mucho que les quitaran luego.

Foto: Pepe Olivares

Lo que vengo a decir es que en estos momentos todos lo vemos complicado, negro, oscuro, asqueroso. Nos da ganas de ser amantes de otros deportes pero el Elche, a muchos, nos quita el sueño. Es hora de confiar, de arrimar, de responder como se ha hecho hoy. Son cuatro partidos y son cuatro oportunidades. Hoy Segunda B está más cerca que nunca, la semana que viene Dios dirá. Creed, creed y creed que este escudo es capaz de cualquier cosa, los más viejos del lugar lo podrán corroborar.

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