Tascas
La brigada, ataviada con camisa y americana blanca y corbata del color opuesto, hace que el Aquarium sea uno de los pocos ejemplares con vida de una hostelería que habla de usted, y que lleva la discreción en el bordado del uniforme. Roberto, Indalecio, José, Arturo, Germán y compañía han sido —o son— los hombres tras este bar que abrió en 1957 y que ha resistido con bravura los cambios de década.
En confianza: Al Aquarium se va por la ironía. A beber y observar, más que a comer o cenar. También a ser visto. Este bar de la zona nacional se ha convertido en la intersección entre el postpunk, lo indie, la modernor y el pijo de base. Cualquier día saldrá en un videoclip de trap.
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¿Puedo pedirme gin fizz para comer?