LOS RECUERDOS NO PUEDEN ESPERAR 

Ser padre de un crítico de rock, segunda temporada

O qué ocurre cuando haces un trabajo que parece que está a años luz de tu padre aunque en el fondo, tu padre podría ser uno de los artistas de los que escribes

18/03/2018 - 

VALÈNCIA. Hace ahora un año escribí aquí otro artículo sobre mi padre en el que aseguraba que era la primera estrella de rock que conocí. Llevo un año dándole vueltas a esa afirmación, pensando que llegaría el momento de escribir otro artículo para el día del padre y no me retracto. No fue una exageración fruto del momento. Aunque no sepa tocar ningún instrumento y canté peor que yo –la falta absoluta de oído musical es algo heredado de él-, Ramón Cervera posee ese carisma que también se asocia con un star system cinematográfico que ya no existe. Ramón nunca ha grabado un disco pero sabe cómo estar en un escenario. Su trabajo le llevó a pisar bastantes. En las convenciones y seminarios de su empresa tenía a una legión de vendedoras y vendedores a los que había que motivar. Nunca leía nada de lo que llevaba preparado. Lo improvisaba todo. Tiene una gran imaginación. Eso también lo heredé yo, para compensar la ausencia total de oído musical y la imposibilidad para afinar.

Improvisaciones

A veces le digo que me recuerda a Patti Smith. Desde sus inicios, Patti ha sido una gran comunicadora, alguien que, mientras canta o recita, extrae de la nada palabras que nadie sabía que estuvieran ahí. Ramón hace algo similar y yo a veces le digo que es como Patti Smith. No tiene muy claro quién es Patti Smith aunque se lo haya explicado varias veces. Tendré que explicárselo de nuevo pero cuando empiece, seguramente me interrumpirá –siempre llega un momento en el que me interrumpe- y dirá: “¿Y qué ha sido de ese cantante que se parece a mí? ¿Se murió?” Cuando habla del cantante que se parece mucho a él se refiere a Lou Reed. Hubo un periodo de Lou Reed, el que va de 1976 a 1979 más o menos, que tenía un cierto parecido con mi padre en algunas fotos. Los dos llevaban gafas de aviador y vestían cazadoras que llamaban mucho la atención. Las fotos de Lou Reed estaban presentes por todas partes en mi habitación. Casi era un miembro más de la familia. Todos decíamos que en algunas fotos él y Ramón se parecían bastante, aunque a mí Lou Reed me recordaba más a Eduardo un amigo de mi padre que en paz descanse.

La vida según “El Nano”

Cuando conocí a los miembros de Glamour y empecé a salir con ellos, me quedaba ya muy poco para dejar el colegio. Seguir en él era un desperdicio de dinero, de energía y de esperanza. Una situación frustrante para todos. A mí el colegio me parecía un sitio inhóspito en el que no pintaba nada. Cómo se las apañaron casi todos aquellos profesores para que no me interesara nada de lo que enseñaban allí –ni siquiera lo que inicialmente me interesaba, como la filosofía o la literatura-, no lo sé. Sólo sé que había docentes que descargaban sus frustraciones sobre algunos de nosotros, y hacían de la humillación una enseñanza más. A mí no se me había perdido nada en aquel colegio de Campo Olivar, había pasado allí más tiempo del soportable. Mi padre pensó que si invertía un poco de dinero en aquel grupo de rock quizá podía ayudarme a encontrar mi camino. Lo siguiente que recuerdo es a Ramón visitando el local de ensayo de Glamour. Después de escucharlo hablar todos boquiabiertos, el batería, que era muy descarado, le preguntó si se drogaba. “Tío, ¿tú te drogas?”, le espetó El nano a bocajarro. A veces no hace falta drogarse. Hay cosas que no se aprenden en ninguna escuela ni se compra con dinero. No sé exactamente qué es, pero mi padre lo tiene.

Lou Reed

El pop no son los padres

Ramón confunde a David Bowie –con el que no guarda ningún parecido físico- con Lou Reed –que sí se le parece-. Como ambos me apasionan, y para colmo, ambos fallecieron con muy pocos años de diferencia, él acaba fundiéndolos a ambos en una misma persona que se parece más a uno u otro, todo depende de la ocasión. A mi madre le ocurre igual, así que esto debe de ser una cuestión que atañe a los padres nacidos durante la primera mitad del siglo XX, es decir, que mantuvieron una relación restringida con la cultura pop. En realidad es algo que afecta a miles de españoles y quedó plasmado en algunas situaciones y diálogos de películas de Berlanga y, posteriormente, de Almodóvar. En cualquier caso –y esto también lo he contado ya en alguna otra ocasión- el coche de mi padre contaba con una amplia y extraña selección musical. Nunca le he preguntado cómo elegía aquellos cartuchos de ocho pistas que más tarde se convertirían en casetes. Me consta que su primo Fernando le recomendaba cosas. Por ejemplo, hubo una época de idilio con Barbra Streisand que no acabó de cuajar. Mi tío Fernando es el único caso de varón heterosexual puro que adora incondicionalmente a Barbra Streisand, así que debió recomendársela a su primo Ramón. Acerca de eso sólo puedo decir que me gustaba mucho ‘People’. Canturrearla sabiendo el desastre que sería cuando llegasen las notas altas me producía un perverso placer.

La rockola paterna

En aquel coche –aquellos coches, porque los automóviles siempre le han gustado mucho a Ramón- viajaban boleros y baladas, convivían Serrat y Donna Summers, Armando Manzanero y Moncho, Tom Jones y Engelbert Humperdinck. Y todas esas canciones, escuchadas aleatoriamente a lo largo de nuestros desplazamientos domingueros, unas veces sin ganas, y con avidez otras, pasaron a ser parte de mi educación musical. También lo son las coplas y las canciones populares que cantaba mi madre cuando estaba en casa preparando la comida o planchando. Ramón trajo un día un single de Bruno Lomas, firmado y dedicado. Se habían hecho amigos. La música no fue lo que les unió, sino el amor por los coches y la velocidad, la de la vida. Quiero decir que fue una amistad abonada por las ganas de vivir. Nada que ver con la música, como tampoco tuvo que ver el teatro para que entablara amistad con María Asquerino o Pedro Osinaga. Tú en realidad eres un artista, padre, le digo antes de que me interrumpa. Siempre has sido una estrella del rock, poesía y rock & roll.

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