El PP imita el 'error' del PSOE con los avales y se carga el debate a siete entre los aspirantes

24/06/2018 - 

VALÈNCIA. El PP debuta en unas primarias abiertas a todos los militantes al corriente de sus pagos para la elección de su nuevo líder. Un aperturismo que otros partidos como el PSOE vienen desarrollando desde tiempo atrás y sobre el que la formación popular podría haber tomado nota en determinadas cuestiones organizativas.

Una de ellas es la que se refiere a los avales mínimos para ser candidato. El partido de la gaviota decretó un límite de firmas irrisorio -tan solo un centenar- para poder optar a la presidencia nacional. Una circunstancia sobre la que algunos dirigentes ya muestran su arrepentimiento en privado dado que resulta imposible filtrar determinadas candidaturas que, para algunos, generan cierta problemática en el proceso. Así es la democracia.

Con un mínimo tan bajo, se ha producido la situación de que, a día de hoy existen siete aspirantes a liderar el PP, si bien la candidatura del valenciano José Luis Bayo todavía está en entredicho al haberse detectado posibles "errores" en las firmas aportadas. El caso de este aspirante es similar al del concejal de la Font de la Figuera Elio Cabanes: ambos son prácticamente anónimos en la escena nacional y los expertos les otorgan posibilidades mínimas de éxito. No obstante, con el requisito de 100 firmas, ambos han decidido dar un paso adelante a sabiendas de la ventana mediática abierta con un proceso de estas características.

Ahora bien, la primera consecuencia de esta multitud de precandidatos es que el Comité Organizador del Congreso (COC) del PP rechazó este viernes la posibilidad de organizar un debate entre los aspirantes al considerar que un debate a seis o siete resulta a su juicio "prácticamente imposible" puesto que se reduciría a una mera "sucesión de intervenciones". Una decisión que rechazan sobre todo los candidatos de menor entidad, puesto que consideran que se les hurta la opción de darse a conocer al grueso de la militancia.

De esta manera, la posible organización de un debate quedará relegada a la iniciativa de entidades privadas o de medios de comunicación que, en todo caso, siempre tendrán la opción de congregar a todos los aspirantes o elegir a los que consideren que poseen mayores posibilidades de vencer en el proceso.

Una circunstancia a consecuencia del afán aperturista -que algunos consideran desmedido- que permite a casi cualquier militante entrar en la carrera final por liderar un partido como el PP. El mínimo de 100 avales ya ha encontrado detractores en la formación popular, al considerar que el corte debería elevarse de cara al futuro para garantizar que los posibles aspirantes sean dirigentes con una trayectoria de peso o, al menos, sirva para determinar que el precandidato tiene un respaldo lo suficientemente considerable para que no sea una simple comparsa que contribuya a "distorsionar" el proceso. 

Una posición que rechazan los candidatos más modestos, dado que consideran que un mínimo de avales como el existente aumenta la democracia interna dado que permite a cualquier militante la opción de darse a conocer en el proceso y presentar un proyecto alejado de las estructuras dirigentes.

Unas quejas internas que también se produjeron en los últimos procesos socialistas. En el PSPV, concretamente en la provincia de Valencia, el límite de avales también era considerablemente bajo: un 3% de mínimo, si bien era muy superior al exigido en el PP. Pese al acuerdo existente entre los referentes socialistas, la diputada Mercedes Caballero tuvo que enfrentarse al militante Rubén Fenollar, quien sí logró superar el listón de 283 firmas exigido. No obstante, al igual que en el PP, la organización del cónclave tampoco aprobó que se realizara un debate entre ambos candidatos.

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