Demandan un marco más tolerante

Algunas de las principales carencias de nuestro ecosistema emprendedor

27/03/2017 - 

MADRID. Gente con ganas de hacer cosas y con buenas ideas no faltan. El déficit no procede de la escasez de emprendedores. Asimismo, cada vez se elogian más los avances del ecosistema. “Para mí, desde luego, hay una avalancha de emprendimiento. Ya me parece tanto que lo veo positivo. Estoy viendo que no les está parando nada y empiezo a ver gente que sale con preparación, con ideas buenas, autoconfianza y con una visión internacional que no se tenía hace 10 años”, comentaba en un foro de emprendedores Gustavo García Brusilovsky, cofundador de BuyVip y actual responsable de Klikin.

Menos halagador se muestra el Informe Mundial GEM (Global Entrepreneurship Monitor) 2016 en cuanto a las expectativas que deposita en España. Según éste, nuestra cifra de innovación (23,7%) sigue con niveles por debajo de la media europea (28,3%). Sí valora, sin embargo, la importancia de las iniciativas gubernamentales y otras Administraciones llevadas a cabo en España para impulsar la actividad emprendedora, pero advierte de que la falta de coordinación entre ellas les ha impedido ser más eficientes.

Crear sinergias

También Jorge Barrero, director general de la Fundación COTEC, reconoce la necesidad “de conectar e integrar todas las iniciativas que están dispersas por el ecosistema, no sólo las privadas, sino también las puestas en marcha desde la Administración”.

Afirma Barrero que un reto importante es conseguir que las grandes empresas sean tractoras del emprendimiento. “Hay empresas que son sensibles a esto, grandes compañías que tienen programas propios de emprendimiento, como el mismo Juan Roig que lo hace muy bien. Pero además de incubar empresas, hay que procurar que las empresas grandes, en sus políticas de compra, apuesten por tecnologías que nacen en empresas pequeñas españolas. Muchas veces, las grandes corporaciones se comportan de una forma demasiado conservadora y sólo eligen entre sus proveedores a empresas ya consolidadas, de manera que a las startups o a las pymes les cuesta mucho vender su tecnología a las compañías del Ibex. Ese es un trabajo de concienciación con las grandes empresas que estamos llevando a cabo en Cotec desde hace unos meses”, dice.

En este sentido refiere también la existencia de experiencias piloto interesantes, como es el caso de Iberdrola que, según informa Barrero, ha reservado una partida concreta para la contratación de tecnologías a pymes nacionales que antes no podían acceder por la vía convencional.

La educación

Este es otro de los cambios demandados por el Informe GEM. En él se destaca la falta de educación emprendedora que existe en España, especialmente en la etapa primaria. Para mejorar esta situación, los expertos recomiendan que se introduzca la actividad emprendedora como materia en todos los niveles educativos.

No obstante, otros opinan que los cambios que requiere el sistema educativo para fomentar el emprendimiento son mucho más profundos que incluir asignaturas de la materia desde fases tempranas. La transformación que genere una cultura del emprendimiento ha de ser radical y estructural. 

En este sentido, Enrique Cat, el representante de España en la próxima competición internacional GSEA de jóvenes emprendedores universitarios, apuesta por un sistema educativo liberalizado donde cada cual pueda elegir los conocimientos que desea adquirir y potencie el interés por el aprendizaje continuo. 

“No podemos seguir sosteniendo el esquema de aprendizaje pasivo que nos enseñan desde el colegio. Esa es la actitud que luego conservan muchos a la edad adulta, en espera de que la voz de un superior les gobierne y les diga lo que tienen que hacer. Esa no es la actitud adecuada ni para un emprendedor ni para afrontar los cambios trascendentales que promete el siglo”, dice.

En términos similares se expresaba en el último encuentro Global ImasT Javier García Martínez, profesor universitario y premio TR 35 Award del MIT. “Si la pregunta es si el sistema educativo actual consigue gestar talento disruptivo, la respuesta es no, menos en los niveles que necesitamos. Eso es lo que cabe esperar de un sistema que fue concebido para preparar a los profesionales de la revolución industrial y no para crear gente incómoda, que es lo que produce el talento disruptivo”.

Exceso de regularización

Que se realicen reformas para agilizar los trámites burocráticos y se rebajen las cargas impositivas es otra de las advertencias que recoge el citado informe. Ligado a la liberalización del sistema educativo, habla Enrique Cat del exceso de burocratización en nuestro país que, más que facilitar, entorpece los procesos empresariales. 

En este sentido dice compartir la opinión que Juan Ramón Rallo expone en su libro Una revolución liberal para España, y su propuesta de la reducción de un Estado al mínimo (entre el 80y el 90% de su tamaño actual). Lamenta Cat el estrecho celo de la Administración con las regulaciones sectoriales y está convencido de que el ecosistema fluiría mejor sin tanta intervención legal. “Cuando la gente argumenta que las leyes son necesarias porque garantizan la protección de los más desfavorecidos, que es lo mismo que defienden algunos en el sistema educativo, yo siempre pienso en el pan, un bien de primera necesidad, que está liberalizado y no parece que de demasiados problemas”, razona.

Otros emprendedores, como Ignacio Grilló Dolset, han sufrido las consecuencias del férreo intervencionismo. Fundador, de Ecofuel (2005), dentro del sector de las energías renovables y pionera en la producción de biodiésel e hidrocarburos y Enertopia (2009) para proyectos eólicos, el empresario acabó cerrando ambos negocios.“Habrían ido bien de no ser por un sorpresivo cambio en el marco regulatorio en el sector, poniendo de manifiesto la tímida apuesta de la Administración por la transformación del mercado energético”, se lamentaba.

Acceso al capital

La falta de capital es la otra gran queja de los emprendedores. Cierto que las vías de financiación alternativa y la diversificación de productos financieros, cobran cada vez mayor protagonismo en el ecosistema emprendedor, pero no han conseguido relegar aún a los bancos de su papel protagonista. Empresas digitales y de base tecnológica sí se han visto respaldadas por las nuevas fórmulas de financiación, pero ni los negocios algo más tradicionales, como los comercios, o los que requieren de capital intensivo, como puede ser el sector bio o la industria farmacéutica, encuentran amparo en los nuevos actores. “En conjunto, podemos decir que seguimos con un ecosistema muy bancarizado donde, casi toda la financiación, depende de ellos. Puede sumarse el agravante de que la banca no está aún muy preparada para valorar intangibles, el gran activo en muchas empresas  nuevas” que los bancos podrían tomar en prenda a la hora de conceder los créditos, reconocía Jorge Barrero.

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