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En la galería pazycomedias

‘8 Horizontal’: la poesía se mira a sí misma

Un ciclo celebrado en Valencia reúne a ocho poetas de distintas procedencias con el objetivo de intercambiar experiencias y repensar la disciplina

24/10/2015 - 

VALENCIA. La conversación se produce en la Galería pazYcomedias, ubicada en la Plaza del Patriarca. En la mesa, cinco de los poetas participantes en 8 Horizontal (Guadalupe Grande, Pablo López Carballo, María Salgado, Ángela Segovia e Ildefonso Rodríguez), el coordinador del ciclo Antonio Méndez Rubio, el también escritor Óscar Peyrou,el crítico de arte José Luis Pérez Pont y los responsables del espacio expositivo. El entorno más inmediato: la muestra Better Humans Tomorrow!, del artista Ernesto Casero, sobre los discursos sociales acerca de la eugenesia y el determinismo biológico.

Rompe el hielo Méndez Rubio, profesor de comunicación en la Universitat de València: “el objetivo de este tipo de encuentros es el de abrir un espacio, aunque sea microscópico, donde se puedan escuchar las voces que normalmente son difíciles de oír, no porque estén o no de moda, sino porque plantean un riesgo en el lenguaje, en la manera de decir y de escribir. Queremos cruzar voces de distintas procedencias que tienen en común esta dificultad de ser atendidas y entendidas”.

Los participantes en el ciclo, en general, agradecen la iniciativa. Ildefonso Rodríguez destaca que se trata de un grupo diverso (“no somos una manadita”). De hecho, entre los ocho poetas hay cuatro hombres y cuatro mujeres, tres jóvenes y cinco no tan jóvenes, y su procedencia geográfica es muy variada. Una vez expresados las pertinentes buenas palabras, los asistentes se dejan someter a algunas preguntas. Por ejemplo, ¿puede interesar un encuentro sobre poesía a alguien que no la practica? “La idea es salir del círculo de la redundancia”, explica Méndez Rubio, por ello el lugar escogido una galería, una decisión que podría resultar extraña. “Es bueno que el discurso que genera la poesía sea aplicable a otros ámbitos, como la pintura”, replica Grande. Y Rodríguez recuerda que hablar de poesía es garantía de devaneo, “nunca sabes dónde acabarás”.

"Es necesario un proceso de relegitimación de la cultura y en ese sentido podemos hacer algo a nivel individual y colectivo"

Sin embargo, la conversación pronto transita por los territorios esperados: ¿A qué se enfrenta la poesía en la actualidad? Toma las riendas Guadalupe Grande: “Estamos acostumbrados a estar fuera del mercado y eso no es necesariamente malo. No podemos dejarnos arrastrar por el concepto del consumismo. Hemos llegado a un punto en el que no solo la poesía, sino toda la cultura, se encuentra en un estado pésimo, cuesta mucho tirar adelante. Es necesario un proceso de relegitimación de la cultura y en ese sentido podemos hacer algo a nivel individual y colectivo. No tiene sentido que se piense que el apoyo institucional a la cultura es ilícito en un país en el que desde la gasolina a la electricidad todo está subvencionado”.

Pronto el tema que centra todos los comentario es el público, o más bien la ausencia del mismo. María Salgado se muestra optimista: “sí que hay público”. La poeta afirma que faltan “mediadores críticos” y que el destino de la obra oscila entre la “promoción salvaje” de los medios y la nada. La manera de superar esta dualidad es, según Guadalupe Grande, que la audiencia se entrene en la búsqueda y se pregunte qué le gusta. “Habría que naturalizar mucho más la lectura”, añade Pablo López Carballo. Óscar Peyrou opina que “es muy difícil que la gente esté abierta, no le gustan las sorpresas”. “Lo que el público lleva mal es que la obra vaya contra ellos o los trate de tontos”, rebate Ildefonso Rodríguez. Y Grande concluye: “mucha gente no opina sobre la poesía porque existe la creencia de que hay una única verdad y por lo tanto te arriesgas a equivocarte”.

Pero, aun dando por buena la idea de que los focos mediáticos dibujan asimetrías muchas veces injustas, ¿no resulta irresponsable cargar toda la culpa a esta circunstancia cuando existen fenómenos marginales que consiguen reunir a una gran cantidad de gente? Ángela Segovia opina que es un problema de la hiperespecialización de los ámbitos de la cultura. Por su parte, María Salgado afirma que “es importante no tener prejuicios respecto al espectador, porque el prejuicio se contagia. Si lo ves como a alguien diferente, se corta la comunicación”. La poeta, nacida en 1984, considera que “mientras existen dispositivos culturales muy vivos, en los que no da miedo entrar, la poesía tiene unos códigos muy marcados que echan hacia atrás. Hay que aspirar a esa viveza”.

No se trata, sin embargo, de marcarse como objetivo la máxima difusión. “Algo no tiene que ser masivo para que sea exitoso”, expresa Salgado, “basta con que sea un mundo vivo, en el que te puedas sentir miembro de una comunidad. Muchas veces no importa tanto lo que ves como la manera en la que te relacionas con ello”. Pablo López Carballo pone el foco en la escasez de foros como este que aúnen visiones complementarias de la disciplina, al igual que Ángela Segovia: “en los grandes festivales no se produce ningún diálogo, recitas y te vas”. En ese sentido, Grande reconoce que “hay pocas vías en de participación en el arte. El aspecto más revolucionario se encuentra en el hecho de juntarse y hablar sobre ello, como estamos haciendo ahora”. La poeta destaca la necesidad de “arrojar luz a los márgenes, a lo que el poder y la costumbre invisibilizan”, la misión última de la poesía.

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